viernes, 31 de diciembre de 2010

Impresiones del año que se va

El año que se va me deja un regusto muy amargo.  Se avecinan meses muy complicados para todos nosotros. A partir de mañana se acerca el "Angliru" de enero (hace tiempo que dejó de ser cuesta). Si a los pagos a los que hay que hacer frente este mes se le suman las subidas de luz, gas, gasolina y demás a más de uno le puede dar una pájara. 

2011 será un año de recortes. No puede ser de otra manera. Es el resultado de años de despilfarro por parte de todos. Del gobierno central, autonomías, ayuntamientos... pocos se escapan. El problema es que todo el mundo ha preferido mantener su status quo hasta el final con tal de retener votos. Ahora se desmorona todo el castillo de naipes construido a partir de deuda pública y que si nadie lo remedia se pretenderá reconstruir a base de impuestos.

De todos los recortes sociales que se avecinan, el que menos me preocupa es el del aumento de la edad de jubilación. No sólo porque lo piden los mercados, a los que tenemos que acudir por financiación, la razón principal, es que si queremos mantener el supuesto estado de bienestar de nuestros jubilados, en el que algunos subsisten con pensiones de 500€, es inevitable su aplicación. Sinceramente, espero que el día que me jubile, no tenga que depender de mi pensión para vivir. Soy partidario de un sistema de pensiones a la chilena, pero entiendo que es difícil de aplicación en España.

Lo que me parece más preocupante, al margen de otras cuestiones que comentaré posteriormente, es la cantidad de personas en paro que se quedarán sin ningún tipo de recursos para poder siquiera alimentar a sus hijos. Escuchar los testimonios de gente en tal situación es estremecedor.

Como aspecto positivo, estoy seguro de que gracias a esta crisis, en España aprenderemos algunas lecciones que nos harán no caer en los mismos errores. Sé que no es comparable, pero si Alemania tiene una política fiscal tan austera es por el temor asimilado durante generaciones a una inflación desbocada.

Al margen de la crisis, si hay algo que me da que pensar es la juventud. Mi generación ha permanecido impasible ante una crisis política y de valores sin precedentes, por lo menos en lo que llevo de vida, y sin embargo, ante situaciones como las vividas con Wikileaks y la famosa ley Sinde, se ha movilizado con una fuerza que ya se podría emplear en otros menesteres.

Me da la impresión que para que la gente se movilice se debe revestir una causa con la palabra libertad. A partir de ahí, sólo hay que esperar las respuestas, espontáneas y organizadas, en Internet y en la calle. No hay peor contribución a la verdadera Libertad que el dejarse manipular por proclamas facilonas. Dicho esto, debo decir que soy el primero en estar en contra de esta ley fascistoide.

Para acabar me gustaría citar a Hayek: "Asegurar una renta mínima a todos, o un nivel bajo el cual nadie caiga cuando no puede cuidar de sí mismo, no sólo es una protección absolutamente legítima contra riesgos comunes a todos, sino que es una exigencia necesaria de la Gran Sociedad".

Feliz año nuevo.

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