domingo, 26 de septiembre de 2010

Cuando ETA deja de interesar

Esta es la primera vez, al menos desde que tengo uso de razón, que una tregua de ETA pasa sin pena ni gloria por la opinión pública y la verdad es que me deja un cierto regusto agradable. Los etarras y los que pretenden ser sus representantes políticos, en su intento de presentarse a las elecciones municipales sea como sea, están intentando internacionalizar el conflicto y llamar la atención de la ciudadanía. Ambas pretensiones sin ningún éxito. El afán por lanzar comunicados vacíos a diestro y siniestro no hace más que dejar a las claras su situación de debilidad y, en el País Vasco, con Patxi López la situación se ha normalizado muchísimo.

También hay que alabar la posición del gobierno. Esta vez parece que no ha caído en la trampa, y la presión policial es la política que prevalece. Además junto con los partidos de la oposición están creando un clima que hace que en la calle los ciudadanos nos encontremos protegidos y confiantes en nuestras fuerzas policiales. A estas alturas nadie cree en negociaciones y lo único que se desea es que todo aquel que haya cometido un delito vaya de cabeza a la cárcel.

En todo este tema sólo hay un pero: la cesión de las competencias en materia de bonificaciones empresariales a la creación de empleo al PNV. Desgraciadamente, al margen de si rompen o no la caja única de la Seguridad Social (que ya es grave porque afecta a la soberanía nacional y a la igualdad entre españoles),  el gobierno de Patxi López queda en entredicho y deja al Partido Nacionalista Vasco en una posición de fuerza en su comunidad. Todos los frutos que el pacto PSE-PPE ha dado podrían ir al traste en cuestión de meses. Esperemos que no sea así.

Harina de otro costal es la política en cuanto a terrorimo internacional. Después de negar por activa y por pasiva que el Gobierno de España no paga rescates, hoy conocemos que el de EEUU se queja oficialmente por el pago realizado por España en el caso de los cooperantes catalanes.

Un presidente del gobierno debe ser pragmático, y entregar a una banda de criminales 12 millones de euros es una auténtica locura aunque con ello se libere a un ciudadano español. Evidentemente, si yo fuera familiar, me partiría el alma hasta conseguir la libertad de todos ellos, cueste lo que cueste, pero un primer ministro debe velar por el interés común. Se imagina alguien que ETA secuestra a un ciudadano con nacionalidad, española y estadounidense en suelo español ,y el gobierno de los Estados Unidos paga un rescate por el cual podrían seguir matando en nuestro país?




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