Durante meses he dejado abandonado este blog con la intención de abrir otro con vocación puramente profesional, pero noticias como la del cese definitivo de la violencia de ETA me hacen replantearme mi decisión y seguiré utilizando éste para plasmar mis pensamientos.
Esta noche todos los españoles dormiremos mejor que ayer. Es un motivo de alegría el saber que la banda terrorista anuncia un cese definitivo de su actividad armada. Ahora bien, un grupo que se ha dedicado a asesinar e intimidar a la sociedad española con un grado de intensidad que no puedo ni imaginar en el País Vasco, no tiene credibilidad. Es mucho más fácil mentir que matar, por ello no podré estar tranquilo hasta que entreguen las armas y se disuelva.
Me alegro de que, precisamente hoy, el día en el que todo el mundo esperaba el comunicado, hayan capturado a Gadafi. Lo que le quitará repercusión internacional al comunicado, que es una de las aspiraciones de ETA.
No puedo estar de acuerdo con Rubalcaba. Hoy no se ha producido la "gran victoria de la democracia". Ésta llegará con la entrega definitiva de las armas, la disolución de la banda, la encarcelación de todos sus miembros que hayan cometido un delito y el cumplimiento íntegro de las penas. De otra forma se daría legitimidad a los asesinatos. Las víctimas habrían muerto por nada.
Tampoco lo estoy con Rajoy, sí se han hecho concesiones políticas. La legalización de Bildu es una buena prueba de ello. Sólo cabe esperar que no lleguen más.
No puedo sino pensar mal cuando ETA no se disuelve. La policía interpreta que es un cese condicionado al cumplimiento de sus exigencias. Además, espero que no surja ninguna escisión violenta.
Por último, hay que agradecer a aquellos que, desde la izquierda abertzale, han conseguido conseguir convencer a ETA para que deje de matar. Hay que agradecer con más vehemencia a todos aquellos que se han jugado la vida por acabar con la violencia y, sobre todo a las víctimas, que con una fuerza y una integridad digna de admirar han sabido comportarse y luchar por sus derechos en todo momento sin pedir venganza ni tomarse la justicia por su mano.